miércoles, 22 de mayo de 2019

Las nuevas restricciones en la videovigilancia laboral


Los sistemas de videovigilancia pueden violar los derechos a la intimidad y a la protección de datos de los empleados.

Hoy en día, la mejor aliada para la seguridad de las empresas, es sin duda la videovigilancia (obtención de imágenes y sonidos en un espacio determinado, cuyos elementos captados pueden ser grabados, reproducidos y visualizados), ya que permite el control de todas las zonas de una empresa, principalmente cuando no hay nadie. Sin embargo debe tenerse en cuenta cuando se usa para vigilar las personas que ahí trabajan, para no infringir en sus derechos de intimidad y protección de datos.

La nueva ley de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales (LOPDGDD) sanciona el manejo de los datos personales, para propósitos que no sean compatibles con aquellos para los cuales han sido recolectados. Así, es importante que el sistema de videovigilancia sea ajustado a esta finalidad, cuando se consigne al control laboral. Solo se podrá grabar el espacio que comprende el puesto de trabajo y determinados espacios comunes, no se admite en ningún caso, la instalación de medios audiovisuales de control en zonas de descanso, vestuarios, comedores y aseos, por forma a no incurrir en violación de los derechos de honor, intimidad e imagen de los trabajadores.

Este tipo de grabación tiene que cumplir con los principios de idoneidad, necesidad y proporcionalidad mencionados en la doctrina del Tribunal Constitucional. O sea, el sistema de vigilancia por videocámara solo se podrá usar con una finalidad que efectivamente justifique recurrir a tales métodos y todos los datos personales, objeto de tratamiento, deberán ser adecuados y limitados a las finalidades para las que hubieran sido recogidos.

Así que, la videovigilancia encubierta de un trabajador en su sitio de trabajo es considerada una intrusión en su vida privada, y por lo tanto debe restringirse al máximo la utilización de cámaras ocultas, confinando su uso para contextos de excepcionalidad y gravedad.

En los últimos años se está tratando de garantizar tanto la efectividad probatoria de las imágenes como los derechos fundamentales de los empleados.


Sindia Alves y A. Oliver
Antropóloga y Detective
de Detectives Oliver



miércoles, 15 de mayo de 2019

La intuición en las relaciones

¿Qué es la intuición?

A nivel popular se llama Sexto Sentido.

La RAE nos proporciona unas definiciones muy ad hoc para esta ocasión:
“Facultad de comprender las cosas instantáneamente sin necesidad de razonamiento”
“Percepción íntima e instantánea de una idea o verdad que aparece como evidente a quien la tiene”

Es como si adentro de nuestra masa gris el puzle desmontado en 1000 piezas, de forma automática e inconsciente se monta sólo con 999 piezas. Nos queda encontrar ese fragmento que falta.


Porque nos retenemos a la hora de creer en nuestras intuiciones? En mi opinión, hay que confiar en los demás, más en general deberíamos fiarnos más de este proceso inconsciente que nos está alarmando sobre algo que no cuadra.

Por supuesto nuestras intuiciones no siempre son fiables 100%, porque entran en juego estados de ánimo, emociones, percepciones, prejuicios. Siempre hay que comprobar con pruebas objetivas y reales que no son frutos de nuestras paranoias o imaginación.

Sin embargo, sí que hay que profundizarlas si queremos aclarar cierta situación porque nos pueden dar pistas importantes en la búsqueda de la verdad.

Si hablamos de relaciones, es muy importante el conocimiento del comportamiento básico de la otra persona para poder identificar incongruencias.
En una relación de pareja por ejemplo, se supone que conozcamos bien la otra persona.

Si no la conocemos bien es porque llevamos poco tiempo juntos, y si ya empezamos a fallar de confianza algo nos dice que igual es mejor dejarlo en seguida.

Si en un particular momento de nuestra relación empezamos a dudar sobre ciertos actos, primero de todo deberíamos preguntar a nuestro compañero sentimental una explicación. Esto sin emociones negativas, de hecho deberíamos dar la posibilidad a la persona objeto de nuestras dudas de encajar las piezas del puzzle sin juzgarlas a primera vista.


Segundo, si no encontramos respuestas satisfactorias o si nos quedamos con esa sensación de que hay algo ahí que no sabemos qué es pero no nos deja tranquilos, entonces, podemos utilizar el método de brainstorming (tormenta de ideas) por escrito. Podríamos escribir en una hoja todos los pensamientos que nos salen a la cabeza, memorias de cosas raras, que no cuadran, ciertos indicios, también acontecimientos que parecen no tener importancia, que, sin embargo, nos salen a la mente justo mientras estamos escribiendo. De esta manera, leyendo nuestras ideas escritas nos alejamos un poco de nuestra subjetividad. También podemos prestar atención a los cambios en nuestro cuerpo mientras revisamos las informaciones y ver cómo nos hacen sentir. Una vez terminado este proceso de brainstorming, hay que mirar todo lo que hemos escrito y comparar con la información que nuestra pareja nos dio al pedirle explicaciones.

Aquí deberíamos tener una visión más completa de la situación que no nos cuadra.

Ahora bien, hay dos tipos de personas: de los que buscan la verdad y de los que prefieren no ir más allá, más bien quedarse con la duda y seguir confiando en su pareja. Las dos son totalmente respetables.

Si a este punto hay evidencias de que algo no cuadra y sois de los que prefieren la verdad aunque pueda resultar dolorosa, algo muy común es contratar un profesional de la investigación privada para que nos de las pruebas que finalmente confirmarán que no somos paranoicos. Esta es la opción más cara en cuanto a dinero pero menos en gastos emocionales. Esta es la opción que evoca a una inversión elevada inicial, pero que a largo plazo nos neutraliza los gastos emocionales. 

Si somos más atrevidos y no queremos envolver personas externas tenemos que portarnos como investigadores nosotros mismos. Controlar teléfono móvil, emails, descubrir contraseñas, seguir en ciertos lugares. Sabiendo que podríais traspasar la legalidad y que el juego se vuelva en vuestra contra, una vez hecho todo esto, no se puede volver atrás. Todos estos actos comportan pérdida de confianza y algo muy importante se va a romper dentro de la relación. Por esta misma razón, ahora ya no es intuición, más bien hay que ser consciente de las consecuencias y estar listos a aceptar lo que llegue.

¿Y tú de qué grupo formas parte?


Federica Cossu 

Para más información de Federica Cossu, experta criminóloga y socióloga, puedes acceder a su información y contacto profesional: http://aconve.org/federicacossu/ 
miércoles, 8 de mayo de 2019

La verdad de los detectives que cambia tu vida


El pasado día 2 de mayo J. Oliver y A.Oliver  fueron invitados a debatir, en el programa De boca a orella de Rne, Ràdio 4, sobre la profesión del investigador privado y su día a día. Esto porque fue el día en que se conmemoró los 20 años de la creación de la asociación de detectives privados de Cataluña, primera asociación a nivel Europeo y reconocida a nivel internacional.

El trabajo del detective privado es muchas veces definido como la profesión donde se investiga la vida de las otras personas, pero a menudo sin autorización para ello. No podría ser una definición más incorrecta. El trabajo del detective tiene que ser objetivo, está regulado y tiene que ser legítimo investigar a la persona que el cliente pide. No se puede investigar si no hay legitimación.

La función del detective es buscar la verdad, siempre. Hay veces en que esa verdad no es la que el cliente quiere o estaba esperando, pero es la que recibe por parte de los profesionales a quien ha contratado para desvelar sus incertidumbres.

Usualmente el cliente contacta estos profesionales porque tiene una sospecha sobre uno de los más diversos temas posibles, tanto a nivel empresarial como personal. Puede ser un caso de infidelidad, pensión alimenticia, baja fingida, alquiler ilegal o por ejemplo competencia desleal. Debido al elevado número de casos posibles, el día a día de un detective suele ser siempre diferente, pasando muchas horas en la calle investigando y buscando pruebas para aportar a los clientes. Pruebas esas que si no son obtenidas legalmente de nada sirven.

Además del trabajo en la calle, el detective busca la información en todos los medios a su disposición. Muchas veces los propios investigados “ayudan” en el proceso ya que publican toda su vida en las redes sociales o en la web. Como ejemplo de eso se puede comentar el boom del Airbnb en el alquiler de pisos turísticos ilícitos que ha aumentado enormemente y donde todas las informaciones suelen estar a la disposición de quien las busca online, pero aportar pruebas de eso muchas veces no es tan sencillo. Es aquí que entra el trabajo del investigador privado.

Sin embargo, es importante aclarar que investigar y espiar son conceptos distintos que mucha gente suele mezclar. Espiar es una actividad ilícita mientras que el trabajo de investigación por parte del detective es legal y está regulado por ley. No todo el mundo puede investigar y nombrarse detective, tiene que estar debidamente habilitado y tener licencia profesional.

La realidad supera siempre la ficción y no hay nada más gratificante que poder descubrir una verdad que tiene la capacidad de cambiar la vida de alguien para mejor, sin nunca olvidar que los fines no justifican los medios y que todo tiene que estar dentro de la frontera legal existente.


Para escuchar toda la entrevista, accede Aquí



Sindia Alves y A. Oliver
Antropóloga y Detective
de Detectives Oliver







jueves, 2 de mayo de 2019

Identidad incierta: los secretos de tu origen


“Toda su vida Antonio tuvo la sensación de que era adoptado. Su familia súper afectuosa lo denegaba, pero la ausencia de semejanzas con los miembros de su familia y la falta de fotos relacionadas con el embarazo, le indicaban que su madre podría no ser la mujer que lo trajo al mundo. Un día decidió terminar con las dudas solicitando su partida de nacimiento. Fue aquí que la verdad saltó a la luz, las fechas de nacimiento no coincidían. Antonio era definitivamente adoptado”. Este podría ser el inicio de la historia de uno de los muchos adoptados que existen actualmente.

Si empezamos a buscar por internet historias de hijos adoptados en busca de los padres biológicos, una infinidad de cosas van a surgir. Muchas de ellas, historias con finales felices, otras no tanto. Sin embargo, todas tienen una cosa en común: el deseo de conocer sus orígenes.

En la gran mayoría de los casos, todas las familias que adoptan niños les dan todo lo que necesitan, sin embargo existe un deseo más fuerte de saber toda la verdad, de donde vienen. Se preguntan diariamente que ha pasado, de quién fue la culpa, cuál fue la situación que encaminó para la adopción, como es su familia biológica. Una inmensidad de cuestiones sin respuesta que provoca un sentimiento de vacío profundo.

Antiguamente los hijos adoptados no lograban buscar su familia biológica porque desafortunadamente si lo intentaban hacer eran censurados y llamados “desagradecidos” pues se veía como un fracaso de las adopciones. Sin embargo, los tiempos han cambiado y actualmente en España, ya está reconocido por ley el derecho a conocer sus orígenes biológicos. Es un proceso que puede perdurar meses o años, pero la curiosidad de conocer la verdad lo supera todo.

Por suerte, hay profesionales habilitados para este tipo de búsquedas, los detectives privados, que debido a los largos años de experiencia tienen siempre alternativas de búsqueda en casos de paradero desconocido. La indicación de adopción en la partida de nacimiento puede ser un buen punto de partida para descubrir toda la verdad, aunque sea necesaria una búsqueda exhaustiva y pormenorizada para poder terminar estas historias con un final feliz como si de un cuento de hadas se tratase.


Nadie busca a su madre porque ya tienen una, la madre adoptiva, la madre de corazón. Buscan únicamente su origen, su real identidad.



Sindia Alves y A. Oliver
Antropóloga y Detective
de Detectives Oliver


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