miércoles, 2 de mayo de 2018

Los secretos ocultos por los garabatos


La escritura puede ser vista como un rasgo único en la vida de cada uno, reflejando la historia individual de cada persona. Hay tres características asociadas a la escritura que la hacen exclusiva en cada ser humano, su carácter personal, singular e identificativo. Estas particularidades derivan de la actividad neuronal, muscular y psíquica de cada individuo, haciéndola de esta forma casi como una huella digital. De este modo, así como no hay dos personas iguales tampoco existen dos firmas exactamente idénticas, pudiendo incluso afirmarse que si eso sucede es porque una de ellas ciertamente es falsa.

En realidad, la falsificación de firmas ha sido un tema muy debatido actualmente debido a todas las implicaciones que este tipo de delito puede acarrear y está asociada a las más diversas finalidades. Desde falsificación de firma en rescisión de contratos de trabajo, en obtención de títulos académicos ilegales, emisión de cheques falsos o incluso en contratos de arrendamientos. El elenco de hipótesis son bastante diversificadas, lo que hace que el número de falsificadores también lo sea. Como tal, dada la complejidad del asunto en cuestión es extremadamente importante estar atento a las situaciones que pueden ser más propensas a este tipo de ocurrencia.

Sin embargo, cuando esto ocurre, lo indicado es recurrir a una pericia caligráfica, porque desgraciadamente para los falsificadores, hoy en día existen varias formas de que los expertos descubran si una determinada firma es realmente falsa.

Técnicamente hablando, hay dos grandes tipos de falsificaciones, la lenta y la rápida. Irónicamente la lenta es rápida y viceversa, porque la lenta tarda más en reproducirse, empero, se imita en el momento mismo, mientras que la rápida se reproduce de forma más celta pero requiere un entrenamiento continuo para ser plagiada. Debido a la lenta no implicar casi ningún contacto con la firma original, difícilmente se encuentran detalles del falsificador, en oposición a la falsificación rápida que va a incorporar esos mismos detalles. La lenta es aquella que es más fácilmente detectable.

En la comprobación de la autenticidad de una firma hay que tener en cuenta diversos aspectos que permiten asegurar si la firma es dubitada (autentica) o indubitada (cuestionada), o sea, se observa el orden espacial, la dimensión, la forma, la presión, la rapidez, la dirección, la inclinación y la continuidad del trazo. Este análisis, que considera la escritura como algo vivo y no estático forma parte del método grafonómico, el más importante y actualmente utilizado.

En suma, a pesar de ser mejor prevenir que curar si se sospecha algún tipo de falsificación lo más apropiado es recurrir a este tipo de investigación para poder corregir el daño causado.


Sindia Alves y A. Oliver
Antropóloga y Detective 
de Detectives Oliver

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