miércoles, 31 de octubre de 2018

Ni todos los monstruos llevan disfraz ni únicamente salen en Halloween.

Hoy algunas personas les surge un leve cosquilleo en el cuerpo, de nervios positivos al ser una noche diferente, de miedos encontrados con las ganas de poder ser el monstruo o pesadilla que más anhelan ser, en un ambiente distendido y de alegría, para al fin y al cabo memorar la única noche que creen estar rodeados de monstruos y personajes terroríficos sin ser presas de la muerte. Sin embargo, no saben que durante todo el año es cuando deambulan las verdaderas temibles fieras por nuestras calles, con los cuales compartimos pueblo, aceras, vagones de metro o inclusive trabajo, amistades o familia.

No queremos inducir el miedo en vosotros, pero sí que abráis los ojos, porque realmente estamos rodeados de bien pero nunca hay que olvidar el mal.


En este artículo os queremos resumir cuatro historias reales y desgarradoras de verdaderos monstruos, los que actúan cuando menos nos lo esperamos y de la forma más retorcida e inimaginable. 


El moderno Caníbal de Rotemburgo

Armin Meiwes es denominado por el sector mediático como el Caníbal de Rotemburgo, debido al asesinato y posterior descuartizamiento y canibalismo de una persona, con la que había contactado por Internet, para satisfacer las fantasías de devorar y ser devorado. La curiosidad es que Armin llevaba una doble vida, una con amigos hobbies y apariencia de normalidad y en la otra donde padecía un grave desorden de sus preferencias sexuales, una parafilia, todo y siendo capaz de controlar sus impulsos sucumbió al deseo de comerse el miembro sexual de su última víctima. 

Para los más interesados sobre la horrible historia, existen muchas entrevistas, documentales y hasta una película basada en la historia real de este asesino, llamada igual que su apodo El Caníbal de Rotemburgo.




El mítico, Jack el destripador

Fue un asesino en serie que cometió varios crímenes en Londres en 1888. Las víctimas tenían los órganos internos removidos de manera prácticamente quirúrgica. Después de analizarlas se concluió que sería un hombre de mediana edad, bien arreglado y de aire respetable con un aspecto inofensivo. Probablemente tenía el hábito de llevar capa o abrigo porque de otra forma la sangre de sus ropas y manos hubiera llamado la atención de las personas.





El sectario, Charles Manson

Este asesino serial alcanzó un nivel de maldad que muchos otros asesinos no consiguieron alcanzar. Fue el líder de una secta, en el final de los años 60, y en general abrigaba personas que tenían problemas emocionales profundos y que estaban siempre en contra de sus familiares. Con eso Manson pudo convencerlos a liberar sus instintos asesinos. Después de cada crimen cometido normalmente escribían mensajes en las paredes del lugar del asesinato con la sangre de las víctimas.





La viuda negra, Mary Ann Cotton

Mary Ann, es la asesina en serie más conocida de todos los tiempos. Esta inglesa asesinó más de 20 personas, incluso sus propios hijos, utilizando el arsénico. Entre las muertes están también tres maridos, un amante y diversos niños. Estos últimos los mató para poder obtener dinero del seguro. Fue ahorcada en 24 de Marzo de 1873. 



Así que recordad, estar siempre en alerta ya que las pesadillas pueden llegar a ocurrir en la vida real.




Sindia Alves y A. Oliver
Antropóloga y Detective
de Detectives Oliver

miércoles, 17 de octubre de 2018

Nadie se fía de nadie


¿Piensas que están espiando tu empresa? Pues entonces este artículo es para ti. Vamos hablar del “barridos electrónicos”, una forma útil para eliminar las sospechas de espionaje. ¿Pero, que es en realidad el barrido electrónico? Resumidamente, es la ejecución de inspecciones y búsquedas con la finalidad de detectar, localizar y (si es necesario) eliminar dispositivos espías. Es la contramedida de seguridad más importante, pues busca instrumentos de espionaje activos, sistemas intrusos que captan información, escuchas y pinchazos telefónicos. Puede aplicarse como medida preventiva o como medida secundaria ante una sospecha de fuga de información.

         La verdad es que nuestra sociedad es cada vez más transgresora cuando se trata de nuestra privacidad, ya que se observan cientos de empresas que ofrecen equipos de espionaje accesibles a todo o tipo de personas. Por lo tanto es imprescindible contratar a personal cualificado y con equipos técnicos adecuados, cuando haya sospechas sobre un posible caso de espionaje, ya sea el más sencillo o el más complejo. Los profesionales que se ocupan de efectuar estos barridos son normalmente detectives privados entre otros, contratados para detectar transmisiones de video y/o audio, cámaras, micrófonos ocultos y otros sistemas pasibles de espionaje, pues para la detección de estos equipamientos es indispensable un conocimiento detallado de los medios de espionaje y los sitios donde instalarlos.

         Los barridos electrónicos incluyen desde un registro físico de las instalaciones hasta el análisis del origen de eventuales grabaciones y localización de estos dispositivos. Además, también se puede hacer el rastreo de micrófonos en vehículos o localizar sistemas GPS ocultos. Muchas veces es posible instalar igualmente equipos de contramedidas, como por ejemplo, equipos que generan ruido y que impiden entender y/o grabar conversaciones.

         Las causas por las cuales se efectúan barridos electrónicos son diversas, pero las principales son las fugas de información, trabajadores deshonestos, filtraciones a la prensa y registro de patentes.


         El espionaje está en auge por eso las precauciones de las grandes empresas son cada vez más justificadas, tomando medidas para evitarlo. 


miércoles, 10 de octubre de 2018

La madurez empieza cuando se abandona el nido



Los motivos por los que los jóvenes aplazan la salida de casa de los padres son los más variados, desde los matrimonios más tardíos, el aumento de la escolaridad, los costos de vida más elevados o incluso la maternidad en edad más avanzada, todo contribuye a que la fase adulta empiece más tarde que el supuesto. Sea por factores emocionales o económicos, la verdad es que diversos jóvenes llegan a los 30 años y aún viven con la familia. Muchos de ellos continúan dependiendo totalmente de sus padres, sin nunca haber trabajado en la vida, no teniendo por tanto cualquier tipo de economía, otros sin embargo, a pesar de tener cierta independencia financiera, optan por seguir viviendo en casa de los padres porque se sienten más cómodos de este modo. Todos ellos se encuentran acomodados ante esta situación y en algunos casos hasta los propios padres se adaptan a esta condición de vida prefiriendo que se perpetúe.

Muchos son los casos en que los jóvenes optan por vivir en casa de los padres hasta edad más tardía debido a la valorización de la enseñanza universitaria en detrimento de la enseñanza secundaria, de forma que aumenta la probabilidad de una vida más cómoda en el futuro. Son estimulados a estudiar durante más años, pues el proceso para una buena formación académica es largo, lo que retrasa su entrada en el mercado de trabajo y consecuentemente al dicho "mundo adulto". Por supuesto, todo esto acarrea sus desventajas, como en el caso de los cargos financieros que van siendo postergados, muchos de ellos hasta ponderan cuál será la ventaja de salir de casa de sus padres si pueden seguir disfrutando de la juventud sin responsabilizarse verdaderamente de su autoabastecimiento, dado que los padres lo hacen por ellos. Muchos dejan incluso de ver ventajas en hacerse "adultos" tan pronto.
Hay algunos casos en que los padres están confortables con este tipo de situación, creyendo que de cierto modo eso es una forma de mostrar amor por sus hijos, en otras situaciones los padres tienen que recurrir a la justicia para garantizar que sus hijos hagan algo con sus vidas, sin que dependan de ellos para siempre.

El caso más popular en la actualidad y en analogía con esta cuestión, ocurrió en los Estados Unidos, donde los padres de un joven tuvieron que recurrir a los tribunales para conseguir que su hijo saliera de casa. Según los padres, el joven, de 30 años, no trabajaba, no estudiaba, y tan poco ayudaba en las tareas domésticas. Hartos de tal situación y tras constantes advertencias de que tendría que salir de casa, todas ellas sin éxito, no les quedó otra alternativa que recurrir al juzgado. Por suerte la justicia les dio la razón y el hijo tuvo finalmente que hacer las maletas y salir definitivamente de casa de sus padres.

Otro proceso similar, tuvo lugar aquí en España hace relativamente poco tiempo, trata de un tema un poco más sensible. Una joven, también de 30 años, que con escaso aprovechamiento escolar y a pesar de la edad, nunca se incorporó en el mercado de trabajo ni siquiera finalizó su formación académica. Esta chica, hija de padres separados, continuaba viviendo en casa de su madre y recibiendo una pensión de alimentos de su padre. Empero, dado la situación financiera de su padre, que vivía en absoluta indigencia pues lo poco que estaba ganando se quedaba casi en su totalidad para la pensión de alimentos de la hija, la justicia consideró que no le era necesario seguir manteniendo dicha pensión.

De hecho, la ley no obliga a los padres a cuidar de los hijos que sean mayores de edad de forma ilimitada y absoluta.

Así que ya saben… piénsenselo dos veces antes de tener hijos porque puede ser que críen cuervos y les saquen los ojos. 


Sindia Alves y A. Oliver
Antropóloga y Detective 
de Detectives Oliver
Con la tecnología de Blogger.
EN - CAT